El crecimiento espiritual, marca
de un discípulo de Cristo (2 Pedro 3:18).
Sin duda alguna todos amamos a
los niños y nos encantan. Pero también
sin duda alguna, ningún padre desearía que su lindo bebé se quedará así de
pequeño y no creciera. El crecimiento es una cualidad de todo ser
vivo y debemos saber, que no es la excepción en la vida espiritual. Imaginémonos:
¿Acaso no sería interesante que Dios nos vistiera a los creyentes de
acuerdo a nuestro crecimiento o progreso espiritual?. Es un buen momento de reflexión: ¿Cómo nos vestiría el Señor?
¿Sabia
usted que cuando dejamos de crecer espiritualmente empezamos a retroceder
perdiendo sensibilidad hacia Dios y nuestro entendimiento de la Palabra se
vuelve mas difícil? Un discípulo es
aquel que tiene una relación estrecha con Jesús y que ha iniciado un progreso
en su vida espiritual. Pablo en Filipenses 1:6 dice, Dios empezó el buen trabajo en
ustedes, y estoy seguro de que lo irá perfeccionando hasta el día en que
Jesucristo vuelva (TLA). Un
discípulo es alguien que refleja un constante
crecimiento espiritual.
Debido
a lo anterior, debemos mencionar en primer lugar, el crecimiento en el discípulo de Cristo es obligatorio. En su segunda carta 3:18 el apóstol Pedro nos
recuerda, Antes bien, creced en la gracia y el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. El verbo creced, es un imperativo (es una
orden). Es importante observar que el
apóstol nos indica que en el crecimiento debemos mantener un equilibrio en la
gracia y el conocimiento. La gracia se
mantiene con el amor y tolerancia. El
conocimiento nos da discernimiento, y estabilidad para cuestionar y juzgar.
Sin duda alguna nuestra base como fuente de crecimiento son las Sagradas
Escrituras. 1 Pedro 2:2 nos dice, Desead, como niños recién nacidos, la leche
espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación. A modo de reflexión, Pedro nos dice que
todo niño al nacer desea y necesita la leche como su único alimento hasta
cierta edad. La leche la desea con
esmero pero esta debe ser sin contaminación (pura, sin adulterar). Es interesante saber que cuando la leche
está adulterada (especialmente con agua) pierde su valor nutricional. Como medida de crecimiento Efesios 4:13
agrega, Hasta que todos lleguemos a la
unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la
medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Para medida, Pablo usa el término metro.
En
Hebreos 5:11-14, el escritor nos da una serie de principios donde nos describe
que el crecimiento produce madurez
espiritual. Veamos a continuación un
desglose del pasaje descrito y veremos algunas señales de no haber crecido:
1. Tenemos una incapacidad de entender la
Palabra de Dios (v. 11): ….por cuanto os habéis hecho tardos para
oír. Algunas versiones usan: tardos, lentos, perezosos, les cuesta
entender etc. Es penoso ver hermanos con
mucho tiempo en el evangelio y con grandes dificultades para encontrar un
pasaje. Libros como Habacuc, Sofonías,
Abdías, Filemón, Esdras, Hageo y en muchos de los casos ni sabían de su
existencia. Hay temas que son
desconocidos para algunos como ser.
Melquisedec (Gn. 14:17-19), Aarón hermano de Moisés. Josué y Caleb, únicas personas nacidas en
Egipto que entraron a la tierra prometida con la generación nacida en el
desierto. Rut y Booz fueron los abuelos
del rey David (Rut 4:17, 22). Como
hemos dicho ya, cuando dejamos de crecer espiritualmente, estamos estancados y
empezamos a retroceder.
2. Después de tanto tiempo (v. 12): Porque
debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo…..Los lectores de esta
carta no eran nuevos creyentes. Después
de tanto tiempo….Sin embargo a pesar de estar en el evangelio mucho tiempo
no habían crecido lo suficiente. Debido
a ello, su conocimiento bíblico era limitado.
No tenían capacidad de entender los
primeros rudimentos….las enseñanzas mas sencillas (TLA). Hay temas bíblicos que descocemos por no
investir el tiempo en la lectura bíblica.
3. Ha habido un retroceso (v. 12): Tenéis
necesidad de leche, y no de alimento sólido.
Como todos sabemos, en los primeros meses de un niño, la leche es un
alimento de primera necesidad. Sin
embargo, después de algunos meses (quizá unos 6 en algunos casos), la madre
debe empezar a darle otros alimentos para su debido desarrollo físico. Por ejemplo:
verduras, frutas, sopitas etc.
Pablo en 1 Cor. 3:1-2 dice, De
manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a
carnales, como a niños en Cristo. Os di
a beber leche, y no vianda, porque aún no eráis capaces, ni sois capaces
todavía. La alimentación determina
nuestra edad. Nuestra vestimenta
determina nuestra edad. Nuestro
conocimiento bíblico determina nuestra madurez cristiana y crecimiento
espiritual.
4. Contraste entre un bebé y un adulto
espiritual (v. 13-14):
a. Un bebé es inexperto. No sabe distinguir entre lo bueno, lo
malo. Lo verdadero y lo falso.
b. Un adulto es (v. 14): maduro…..
tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. Saben
distinguir entre lo bueno y lo malo.
Están acostumbrados a hacerlo, son como la gente adulta, que ya puede
comer alimentos sólidos (TLA). La
adultez y madurez espiritual no se mide por la cantidad de Biblia que sabemos
sino mas bien, por lo que estamos obedeciendo o poniendo en práctica (Prov.
2:1-5). Dios nos llena de sabiduría
cuando le obedecemos.
c. Si notamos, ambos tienen a su alcance la
Palabra: la diferencia está en la
aplicación de ella. ¿Ha dado fruto la
Palabra recibida en nosotros? ¿Hemos
crecido espiritualmente?
d. El retraso mental sucede cuando el cerebro no
se desarrolla normalmente. Es una penosa
y trágica realidad en la vida de la persona que lo padece. Para esta persona es una situación o realidad
que no ha escogido. No tuvo opción. Sin embargo, ¿qué de aquellos que nos hemos
quedado como niños, hemos dejado de crecer por voluntad propia? Lo primero es penoso y trágico (la persona no
tuvo opción) pero lo segundo es peor, lo hemos escogido voluntariamente.
¿Cómo
nos vistiera Dios hoy día? Como niños o
como adultos. El crecer en un discípulo
de Cristo no es opcional, es obligatorio.
Bendiciones.
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