Marcas de un discípulo II, el
costo de seguir a Cristo (Lucas 14:25-33).
Cuando el Señor nos llama a
ser sus discípulos, no nos llama a una vida fácil (John MacArthur). Vivimos en medio de una sociedad que gusta de
la abundancia y la comodidad. Ambas
situaciones no concuerdan con el llamado que Cristo nos hace para ser sus
discípulos. Hay un costo que pagar a
todo aquel que obedece el llamado del Señor.
Desde luego que somos salvos por gracia (Ef. 2:8-9), sin embargo para
seguirle, hay demandas que somos llamados a cumplir. Veamos cuáles son esas marcas y el costo de
su llamado.
Sacrificio (Mateo 4:18-22). Ellos
entonces, dejando al instante las redes, le siguieron (v. 20)…..Y ellos, dejando al instante la barca y a su
padre, le siguieron (v. 22). Mateo
nos relata después de haber superado la tentación, Jesús hace un llamado a los
primeros discípulos (Andrés y su hermano Pedro, Juan y su hermano Jacob). Se describe el verbo ver (v. 18, 21). Posiblemente nuestra capacidad de ver no nos
permite ver lo que estos simples pescadores llegarían ser. Jesús no buscó entre los líderes religiosos
seguidores para su ministerio. Llamó
pescadores. Hombres humildes y sin
preparación alguna (Hechos 4:13, 1 Cor. 1:25-29). Así que, si en un momento dado, hemos sido
llamados, no ha sido por nuestras capacidades o títulos académicos. Dios muchas veces llama a quienes a nuestra
vista son los menos indicados. En ambos
llamados vemos la reacción de ellos: dejando al instante las redes…..dejando al
instante la barca y a su padre….Las redes representan su fuente de
ingreso. Padre representa la familia, lo
conocido, seguro y querido. Como vemos, hubo un costo y sacrificio. No todos respondemos al llamado y reglas del
Señor (Juan 6:60-66). Estos hombre
ocupados dejaron lo mas preciados:
trabajo, casa y familia.
Confesión (Mateo 10:32-33). A
cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres yo también le confesaré delante de mi Padre
que está en los cielos. Confesar es
reconocer, profesar es demostrar nuestra fe en Cristo públicamente. Estamos viviendo una época donde el verdadero
cristiano debe mostrarse por su estilo de vida.
1 Juan 2:15-17, debe ser una clara advertencia de lo peligroso y
atractivo que es el mundo y lo que en él hay para el cristiano y discípulo de
Cristo. No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo….Porque todo lo
que hay en el mundo….no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que
hace la voluntad de Dios, permanece para siempre. Debemos mostrar nuestra fe y lealtad a
Cristo ante un mundo exigente. Al momento de confesar a Jesús encontraremos
burla, persecución (en algunos países), abuso y mucho mas. 2 Timoteo 4:3 nos recuerda, Porque llegara el día en que la gente no
querrá escuchar la buena enseñanza. Al
contrario, querrá oír enseñanzas diferentes.
Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír, TLA). En muchos pastores, hay temor de predicar la
palabra y mejor se dedican a enseñar lo que la congregación desea oír y no lo
que deben.
Establecer prioridades (Lucas
14:26). Si alguno viene a mi, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e
hijos, y hermanos, y hermanas, y aún también su propia vida, no puede ser mi
discípulo. Aborrecer significa amar menos….Jesús en ningún momento está
promoviendo el despreciar a nuestros seres queridos. Si así fuese, estaríamos violando
mandamientos claros: Honra a tu padre y a tu madre (Éx.
20:12)…..Esposos, amad a vuestras esposas
(Ef. 5:25). El llamado aquí es que
debemos tener a Dios como prioridad en nuestras vidas. Nuestra lealtad es hacia él por medio de
nuestra obediencia y fidelidad a Cristo.
Para ello, debemos calcular el costo del llamado y devoción que Jesús
nos pide. Lucas 14:28 dice, ¿quién de vosotros, queriendo edificar una
torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que
necesita para acabarla. Jesús nunca
rebajó sus normas. En Mateo 19:16-22, el
joven rico calculó el costo de seguir a Jesús.
Para él era muy alto y no quiso pagar el precio. Oyendo
el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. No se describe que Jesús haya ido tras él
y rebajó el costo.
Finalmente,
tomar la cruz (Lucas 14:27). Y el
que no lleva su cruz, y viene en pos de mi, no puede ser mi discípulo. Tomar
la cruz es cuando vivimos la vida cristiana con todas sus demandas: dolor, adversidades, conflictos,
enfermedades, limitaciones, pobreza, persecuciones etc. Todos anhelamos la vida cristiana llena de
poder, milagros, prosperidad, etc. Pablo
en Filipenses 3:10 dice, a fin de
conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus
padecimientos, llegando a ser semejante en él en su muerte. A decir verdad, queremos el Cristo victorioso,
lleno de poder y gloria. Sin embargo eso
de ser semejante en sus padecimientos y muerte…..no nos gusta. Mateo 7:13-14 dice, Entrad por la puerta estrecha….angosto el camino). Estrecha y angosto: simboliza lo difícil seguir a Cristo. La salvación es por gracia pero no significa
que sea fácil o sencilla. Necesitamos
arrepentimiento, confesión de pecado, sujeción a la autoridad de Cristo y dejar
la vida antigua con sus vicios y pecados.
A decir verdad, el llamado que Cristo hace no es nada atractivo para la
sociedad de hoy.
Como
hemos visto, hay un costo que pagar para ser un discípulo de Cristo. Estrecha
es la puerta y angosto el camino. Esa es
la dirección. No hay otra así que si lo
hemos escogido…..hemos hecho la correcta decisión….y así somos sus
discípulos. Cuando el Señor nos llama a ser
sus discípulos, no nos llama a una vida fácil .
Bendiciones a todos.
Gracias pastor Rafael, por su enseñanza de la Palabra. Dios le Bendiga.
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