Conectados a través de buenas
actitudes (Ef. 4:1-3).
Según los médicos hoy, dicen que dos pacientes pueden padecer del
mismo mal. Ambos seguir el mismo tratamiento.
Sin embargo lo que hará la diferencia entre uno y otro es la actitud en
cómo enfrentan su mal y no tanto la medicina.
La actitud es: cómo enfrentamos la vida con sus problemas diarios. En pocas palabras, la actitud lo
determina todo. Cambiemos nuestra
actitud, cambiará nuestra manera de ver la vida. Debemos entender y aceptar, que no estamos en
capacidad de cambiar las circunstancias de nuestra vida….pero sí podemos
cambiar nuestras actitudes en cómo enfrentarlas.
Proverbios 23:7 dice, Porque
cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Muchas veces nuestras actitudes son causa
y efecto de un comportamiento incorrecto.
En Gn. 4:3-7, Dios le llama la atención a Caín por su incorrecta
reacción y mala actitud contra su hermano Abel cuando Dios acepta su ofrenda y
no la de él. ¿Por qué estás triste y enojado?
Si haces lo correcto, siempre te aceptaré con agrado, pero si haces lo
malo, el pecado está listo para atacarte como un león, ¡No te dejes dominar por
él! (Gn. 4:6-7, TLA). En el pasaje arriba descrito, Pablo nos da
una serie de pautas cómo hacerle frente a las situaciones del ministerio y
andar diario. Entendemos que ninguna iglesia
es perfecta. Todas tienen fortalezas y
debilidades. Sin embargo, todos tenemos
la responsabilidad, de mostrar las mejores actitudes en nuestras relaciones y
sabiduría para que estas sean de bendición mutua.
Yo pues, preso en el
Señor, os ruego que andéis como es digno…(v. 1). Aún con su autoridad apostólica, el apóstol
Pablo ruega, no ordena y nos da una serie de reglas a seguir en nuestra vida
diaria. Esto es para usted y para mi.
Andar dignamente, es vivir de acuerdo al llamado que hemos recibido. Se refiere a nuestro andar diario. Es cómo vivir nuestra vida cristiana. Efesios 1:18 dice, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es
la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su
herencia en los santos. Digno, es equilibrar la balanza en con pesos iguales
a ambos lados. Vocación es el llamado
soberano y efectivo del Señor a la salvación.
Con toda humildad y
mansedumbre (v. 2). Humildad es
pensar con docilidad. Docilidad es
aceptar con agrado hacer lo que se nos manda.
Es una persona sumisa, fácil de dirigir.
Es alguien suave, apacible, obediente etc. Ni los griegos ni romanos no tenían ninguna
palabra para este concepto. Ser humilde
para ellos era antinatural. Era sinónimo
de cobardía y debilidad. Fue el
cristianismo quien dio el significado que hoy tenemos. Es una virtud poco deseado. Jesús es nuestro modelo de humildad por
excelencia. En Mateo 11:29 dice, …aprended de mi, que soy manso y humilde de
corazón…Mansedumbre, es tener un espíritu dócil, controlado, sueva,
afable. Es lo opuesto a la actitud
vengativa. La mansedumbre viene como
resultado de lo anterior (humildad). Es
un fruto del ES (Gál. 5:23, Mateo 5:3 dice, Bienaventurados
los mansos…). Es un proceso interno
por medio de lo cual se vive en paz y se controlar las ofensas. Ecle. 10:4 agrega, Si el espíritu del príncipe se exaltare contra ti, no dejes tu lugar,
porque la mansedumbre hará cesar grandes ofensas. Ser manso es poder bajo control. El término se empleaba para los animales que
habían sido domados (caballos por ejemplo).
Ser manso es poder bajo control.
Uno de los miembros de nuestro cuerpo que necesita estar bajo control es
la lengua. A través de la Biblia
encontramos muchas exhortaciones para hacer buen uso de ella (Ef. 4:29, Ninguna palabra corrompida salga de vuestra
boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia
a los oyentes). Colosenses 4:6, Sea vuestra palabra siempre con gracia,
sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
Soportándoos con
paciencia los unos a los otros en amor (v. 2). Soportarse es la capacidad de tolerarnos ante
aquellas situaciones que no nos agradan y hasta ofenden. Es controlar nuestro temperamento y ser
amables con aquellos miembros que a veces no soportamos. No es nada fácil ponerlo en práctica. Esta cualidad es clave en lo ya expuesto
anteriormente. Cuando vivimos en el
Espíritu, tenemos la capacidad de soportarnos.
Pablo agrega, con paciencia en
amor…La paciencia es producto de la humildad y mansedumbre. Es cuando resistimos aquellas circunstancias
negativas y podemos ceder. El impaciente
no tolera fallas y fracasos en los demás (Prov. 14:29, El que
tarda en airarse es grande de entendimiento, mas el que es impaciente de
espíritu enaltece la necedad. Es
incomodarse con facilidad. La mansedumbre es fruto del ES (Gál. 5:22). El amor es el ingrediente que debe llenar
todas nuestras relaciones interpersonales.
Según Pablo en 1 Cor. 13:2, podemos tener la mejor teología del mundo
pero sin amor… de nada sirve. Jesús en
Mateo 23: respecto a los fariseos dice, Así que, todo lo que os digan que guardéis,
guardadlo y hacedlo, mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen y no
hacen. El amor es el sentimiento que
satura toda tolerancia cuando tratamos personales difíciles (Mateo 5:43-47, 1
Juan 4:7, 20-21).
Finalmente,
Pablo nos dice, solícitos en guardar la
unidad del Espíritu en el vínculo de la paz (v. 3). Solícitos significa procurar, hacer todo lo
posible. Es el deseo permanente de
buscar….Debemos procurar guardar la unidad del Espíritu. Esta unidad no viene de afuera sino mas bien
de adentro. Cada uno nosotros somos
responsables de ser solícitos en
promover la paz. La unidad del Espíritu
se manifiesta por medio de la paz y mutua edificación (Romanos 14:19, Así que, sigamos lo que contribuye a la paz
y a la mutua edificación, Hebreos 12:14, Seguid la paz con todos…).
Seamos miembros unificadores. El
vínculo de la paz se logra cuando obedecemos las reglas ya descritas. Cuando hace falta la paz en la vida familiar
y de la iglesia el resultado es fatal (Fil. 2:14, 4:7). La paz no viene automáticamente. Debe promoverse siendo solícitos, humildes,
mansos, soportándonos unos a otros en amor.
Recordemos, la actitud es cómo enfrentamos la vida con sus problemas
diarios. Mostremos una buena actitud unos con otros. Dios lo demanda y nosotros seremos
beneficiados cuando lo logramos. Dios
les bendiga
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