viernes, 22 de diciembre de 2017

Navidad en Rusia (Autor desconocido, Apuntes Pastorales).

Navidad en Rusia (Autor desconocido, Apuntes Pastorales).
En 1994 dos americanos respondieron a una invitación que les hizo llegar el Departamento de Educación de Rusia, para enseñar moral y ética en las escuelas públicas, basadas en principios bíblicos.  Debían enseñar en prisiones, negocios, el departamento de bomberos, la policía y en un gran orfanato.  En el orfanato había casi 100 niños y niñas que habían sido abandonados, abusados y dejados en manos del Estado.  De allí surgió esta historia relatada por los mismos visitantes.
         Se acercaba la época de las fiestas de fin de año de1994, los niños del orfanato iban a escuchar por primera vez la historia tradicional de la Navidad.  Les contamos acerca de María y José llegando a Belén de cómo no encontraron lugar en las posadas, por lo que debieron ir a un establo, donde finalmente el niño Jesús nació y fue puesto en un pesebre.   A lo largo de la historia, los chicos y los empleados del orfanato no podían contener su asombro.  Algunos estaban sentados al borde de la silla tratando de captar cada palabra.   Una vez terminada la historia, les dimos a los chicos tres pequeños trozos de cartón para que hicieran un tosco pesebre.  A cada chico se le dio un cuadradito de papel cortado de unas servilletas amarillas que se había llevado. 
         Siguiendo las instrucciones, los chicos cortaron y doblaron el papel cuidadosamente colocando las tiras como paja.  Unos pequeños cuadraditos de franela, cortados de un viejo camisón y así sucesivamente.   Mientras los huérfanos estaban armando sus pesebres….todo estaba bien hasta que llegamos donde el pequeño Mischa estaba sentado.  Parecía tener unos seis años y había terminado su trabajo.  Cuando miramos el pesebre quedamos sorprendidos al no ver un solo niño dentro de él sino dos.  Llamamos al traductor para que le preguntasen por qué habían dos bebes en el pesebre.  Mischa cruzó sus brazos y observando la escena del pesebre comenzó a repetir la historia que acababa de escuchar.
         Para ser el relato de un niño que había escuchado la historia de la Navidad una sola vez estaba muy bien hasta que llegó la parte donde María pone al bebé en el pesebre.  Allí Mischa empezó a inventar su propio final para la historia, dijo:  Y cuando María dejó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar para estar.  Yo le dije que no tenía mamá ni papá y que no tenía un lugar para estar. Entonces Jesús me dijo que yo podía estar allí con él.  Le dije que no podía, porque no tenía un regalo para darle.  Pero yo quería quedarme con Jesús, por eso pensé qué cosa tenía que pudiese darle a él como regalo, se me ocurrió que un buen regalo podría ser darle calor.  Por eso le pregunté a Jesús:  si te doy calor, ¿ese sería un buen regalo para ti?  Y Jesús me dijo:  Si me das calor, ese sería el mejor reglo que jamás haya recibido….Por eso me metí dentro del pesebre y Jesús me miró y me dijo que podía quedarme allí para siempre.
         Cuando el pequeño Mischa terminó su historia, sus ojitos brillaban llenos de lágrimas que empapaban sus mejillas.  Se tapó la cara, agachó la cabeza sobre la mesa y sus hombros comenzaron a sacudirse en un profundo llanto.  El pequeño huérfano había encontrado a alguien que jamás lo abandonaría ni abusaría de él. ¡Alguien que estaría con él para siempre!  Aprendimos que no son las cosas que tienes en tu vida lo que cuenta, sino a quiénes tienes es lo que verdaderamente importa.  ¡Que el Cristo de la Navidad bendiga sus vidas con gozo, amor y paz!  Son nuestros deseos en CCF.

          

lunes, 18 de diciembre de 2017

La encarnación de Jesús (José Belaunde, Apuntes Pastorales).

La encarnación de Jesús (José Belaunde, Apuntes Pastorales).
Al llegar a la época de Navidad es casi inevitable pensar en la encarnación de Jesús, esto es un misterio que el hombre no puede resolver ni comprender,  ¿Cómo es posible que el Verbo de Dios, infinito en poder y grandeza, creador y sustentador del universo se humillará de esa manera?  Así también, se redujera ala pequeña dimensión de un minúsculo embrión en el seno de una mujer y que luego fuera creciendo y desarrollándose poco a poco para salir de su cuerpo como un bebe, tan imponente como una criatura e incapaz de valerse por sí mismo.  Sujeto a todas las limitaciones de un recién nacido.  Imagínense un momento al bebito que María tenía en sus brazos.  Era el Verbo de Dios, el dueño de todo lo creado.  Ahora es dueño de nada, incapaz de nada. Dependiendo en todo de su madre.  Aquel de quien dice la Escritura que reparte su alimento a todos los seres, no podía alimentarse  a sí mismo, tenía que ser alimentado.  El que andaba sobre las alas del viento, no podía caminar, tenía que ser llevado.  Si algo le dolía o tenía hambre, lloraba.  El dueño del universo llorando como cualquier criatura.  Se ensuciaba como cualquier recién nacido y tenía que ser limpiado. 
         El evangelio de Lucas (2:7), dice que María lo envolvió en pañales. Pañales fueron su primer vestido. Fue alimentado del seno de su madre como cualquiera de nosotros a esa edad.  Movía sus manitas torpemente como hacíamos nosotros  a la semana de nacidos.  A los ocho días fue llevado al templo para ser circuncidado, como cualquier niño judío (Lucas 2:21-23).     Ahí su madre en el templo escuchó frases que la asombraron y que guardó en su corazón (Lucas 2.34-35).  Se le anunciaron las pruebas y sufrimientos por las que ella y su hijo habrían de pasar.  La primera de ellas fue la huida a Egipto (Mateo 2:13-14).  El rey Herodes, en su afán de borrar la existencia de Aquel que según la profecía debía algún día ocupar su trono, mandó a matar a todas las criaturas menores de dos años que vivían en Belén.   
         Al cabo de algún tiempo, regresaron a su tierra y se establecieron en Nazaret (Mateo 2:22-23). Lucas 2:40 agrega:  El niño crecía y se fortalecía y se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba sobre él.  Cuando cumplió doce años lo llevaron por primera vez consigo  era un viaje de menos de un centenar de kilómetros que se hacía en tres días a pie y en caravana, posiblemente por la ruta mas larga del Jordán, para evitar pasar por Samaria.  Varios grupo de familiares y vecinos se juntaban para acompañarse mutuamente.  En la ciudad tomaron parte en los holocaustos del templo y en el culto y en las oraciones.  El 14 de Nisán se comía el cordero pascual, el 15 se celebraba la gran fiesta de la Pascua y el 16 se presentaban como ofrendas las primicias de la cosecha.   Pasados los tres primeros días de la fiesta, gran parte de los peregrinos regresaban a casa y se formaban las caravanas de retorno, y todos los que las integraban partían a la hora acordada.  A lo largo del camino durante el día quizá se separaban los grupos unos de otros, pero al llegar el atardecer se juntaban en el sitio convenido de antemano para pernoctar juntos.  Llegado el atardecer, cuando los peregrinos se detuvieron para comer y prepararse a dormir en el descampado, sus padres empezaron a buscarlo.  No estaba con este grupo….tampoco con este otro.  …Empezaron a inquietarse y a preguntar ansiosos a todos los que encontraban.  La angustia se apoderó de ellos.  Esa misma noche, solo y sin compañía, pese al cansancio y a los peligros del camino, emprendieron el regreso con paso apurado.  Llegaron a Jerusalén…por fin al tercer día, agotados, abatidos se dirigieron al templo a contarle a Dios su pena.  Cuando pasaron por uno de los famosos pórticos divisaron a un grupo de gente que se había aglomerado.  Eran doctores de la ley que hablaban entre sí y que escuchaban a uno que estaba en medio de ellos.  Se abrieron paso….¡Por fin lo hallaron!....Ahí estaba en medio de los doctores de discutiendo como si fuese uno de ellos.  Cuando  salieron de su estupor exclamaron:  ¡Hijo!  ¿cómo nos has hecho esto?  (Lucas 2:46-48).  La respuesta de Jesús los dejó desconcertado:  ¿No sabíais que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre? (Lucas 2:49).  ¿Qué asuntos eran esos?  No lo sabemos.  El niño regresó a Nazaret con sus padres y les estaba sujeto (Lucas 2:51-52).

         Las Escrituras no vuelven hablar del Salvador hasta que aparece en el Jordán a ser bautizados.  Pero después del episodio en el templo comenzó una nueva etapa en la vida de Jesús.  Sobre los Evangelios guardan silencio.  Nuestra mente finita nunca logrará comprender como el Dios Creador se hizo hombre en la Persona de Jesús.  Juan 1.14, 18 dice, Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros…A Dios nadie le vio jamás, el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.  Dios les bendiga. 

lunes, 4 de diciembre de 2017

¡Cuidado con nuestro hablar! (Números 12).

¡Cuidado con nuestro hablar!  (Números 12).
Moisés durante su travesía en el desierto, tuvo que enfrentar diferentes situaciones complicadas respecto a su posición como líder de Israel.  El capitulo mencionado arriba, describe el cuestionamiento de sus propios hermanos.  Ellos cuestionan con quién se había casado y que tanto María como Aarón tenían los mismo privilegios y nivel de autoridad que él.
         Todo aquel que se meta al difícil papel de dirigir, debe estar consciente que ya se justificada o no, estará sujeto a la crítica.  ¡Será imposible evitarlo!  Ahora, la humildad del líder se manifestará en cómo enfrenta esa crítica.  Proverbios 6:16, 19 nos recuerda, Seis cosas aborrece Jehová…el que siembra discordias entre hermanos.  Así que sencillamente, Dios no se agrada con las personas que promueven conflictos.  En el idioma hebreo hay una expresión, Lashón Hará:  significa lengua maligna.  Es la acción de hablar o proferir palabras con una motivación perversa que traerá duda o descrédito personal.  Debemos estar conscientes lo fácil que es desprestigiar y lo difícil que es restablecerlo.
         Debemos ser cuidadosos en nuestro hablar.  María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de…(v. 1).  El verbo hablar tiene un sentido destructivo, burlarse o divulgar algo.  Una de nuestras mayores debilidades es hablar con facilidad y emitir juicios en muchas ocasiones sin tener suficiente información. Prov. 10:32 dice, Los labios del justo saben hablar lo que agrada, mas la boca de los impíos habla perversidades.  El escritor sagrado hace un gran contraste entre una persona justa que sabe hablar y lo contrario, el impío que no lo hace.  Ambos se creyeron con el derecho de cuestionar a su hermano menor.  Recordemos que Aarón era el sumo sacerdote (Éx. 28:1)  y María se le describe como profetiza (Éx. 15:20).  Moisés se había casado con una mujer no israelita (quizá tez morena).  Eso no gustó a la familia.  Pero se agrega un cuestionamiento de índole espiritual, ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová?  ¿No ha hablado también por nosotros? (v. 2).  Lo interesante del caso,  es que ni María ni Aarón consideraron que en la plática había un testigo silencioso, invisible pero determinante:  Y lo oyó Jehová (v. 2). Esto debe ser motivo para que seamos cuidadosos y prudentes en nuestro hablar.
         Debemos ser respetuosos unos con otros (v. 3-13).  Y aquel varón Moisés era muy manso (v. 3).  Hasta aquí el afectado, Moisés, no ha dicho nada para defenderse, justificar o explicar lo que sus hermanos le dicen.  Respecto a Jesús (nuestro modelo por excelencia)  dice en Mateo 27:13-14, Pilato entonces le dijo:  ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?  Pero Jesús no le respondió ni una palabra.  En Isaías 53:7 agrega,   Angustiado él, y afligido, no abrió su boca…enmudeció, y no abrió su boca.    Respecto a nosotros, el apóstol Pablo nos dice en 2 Timoteo 2:24, Porque el siervo del Señor NO debe ser contencioso, sino amable para con todos…
         Ahora le toca hablar a quien le corresponde y María y Aarón debe callar y escuchar.  Oíd ahora mis palabras (v. 6).  Dios mismo respalda y defiende a Moisés en su liderazgo. No así mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa.  Moisés era fiel leal, digno de confianza.  Ninguno de ellos (María ni Aarón) estaban al nivel de su hermano menor.  Él tenía un honor especial:  tenía una comunicación directa con Dios.  Moisés tenía revelaciones únicas que nadie mas disfrutaba.  Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras, y verá la apariencia de Jehová (v. 8).  Después de explicar la posición y nivel de Moisés, Dios les pregunta, ¿Por qué, pues no tuviste temor de hablar contra mi siervo Moisés? (v. 8).  ¿Temor?  Sin duda alguna, ninguno de ellos jamás pensaron tener temor de hablar y cuestionar a su hermano.  Ninguno de ellos reconocieron la autoridad de Moisés, se creyeron con el derecho y autoridad de juzgarle.
         La respuesta divina a este pecado (v. 11, locamente hemos actuado, y hemos pecado) fue contundente e inesperado a la vez.  María es castigada con lepra.  ¿Por qué solo ella?  El v. 1 dice, María y Aarón hablaron contra Moisés…de ello se deduce que ella fue la líder en esta rebelión.  Su hermano Aarón inmediatamente se da cuenta de la gravedad del asunto y se humilla pidiendo perdón e intercediendo por su hermana.  La respuesta de Moisés muestra un gran ejemplo de corazón pastoral.  Entonces Moisés clamó a Jehová diciendo:  Te ruego, oh, Dios que la sanes ahora (v. 13).  Es ejemplar la reacción de Moisés a pesar de todo.  Sus hermanos le habían traicionado, criticado y calumniado sin embargo, no pagó mal por mal (Romanos 12:17, No paguéis a nadie mal por mal…). 

         Todo pecado tiene sus consecuencias.  Aquí no fue la excepción.  María es humillada públicamente. Dios ordena, Sea echada fuera del campamento.   Aunque María gozaba de prestigio por su posición como profeta delante del pueblo. Tuvo que pasar esta humillación.  Esto sin duda alguna, debió servir como ejemplo para todo el pueblo de Israel.  Así también dice que el pueblo no pasó hasta que se reunió María con ellos (v. 14-15).  Ella estuvo fuera del campamento por siete días.  Fue un atraso que el pueblo tuvo que enfrentar. Aplicándolo para hoy día.  La obra de Dios también no avanza cuando se enfrentar a situaciones como la expuesta.  La humildad del líder se manifestará en cómo enfrenta la crítica.  Esta siempre existirá con o sin razón.  Finalmente, Levítico 19:16 dice, No andarás chismeando entre tu pueblo.  No atentarás contra la vida de tu prójimo.  Yo Jehová.  Seamos un pueblo respetuoso unos con otros y con las autoridades de la iglesia.  Dios les bendiga.