Jesús
nos enseña cómo orar (Mateo 6:5-15)
La iglesia del I
siglo descrita por el historiador Lucas en el libro de los Hechos, nos muestra
una iglesia perseverando….en las
oraciones (Hechos 2:42). Los
discípulos mismos inmediatamente la ascensión de Jesús están orando (Hechos
1:14). Lucas nos muestra la dinámica en
la vida de los primeros cristianos y una de ellas era una vida de oración
constante. La oración, es un magnífico
medio para permitir la acción del ES en nuestras vidas e iglesias. Cuando la iglesia ora, infundimos temor al
diablo. Todo lo contrario cuando no lo
hacemos.
En el pasaje arriba citado, Jesús nos
muestra la dinámica de la oración.
Primero veremos lo que no debemos hacer al momento de orar (v. 5,
7.-8).
1.
No a la oración fingida (v. 5): cuando ores, no seas como los
hipócritas. Hipócrita es alguien que finge. No es genuino ni
verdadero. El término es fuerte y
desagradable. El sistema religioso de entonces,
utilizaban la oración como un medio para ser observados y admirados por los
demás. Desde luego que Jesús no condena
ni prohíbe la oración en público sino mas bien la actitud o intención de este
grupo al desear orar en público. Ellos aman el orar en píe en las sinagogas,
y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres (Mateo
6:5). Jesús también no está de acuerdo
con el uso de vanas repeticiones (v.
7). Muchas veces podemos caer en la
superstición al repetir palabras sin sentido. Es un llamado a la oración
sincera, genuina y del corazón.
2.
El sí a la oración (v. 6): Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y
cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que está en
secreto te recompensará en público. Aquí
Jesús deja ver la esencia misma de la oración:
tiempo íntimo con nuestro Padre celestial. La oración es una actividad espiritual entre
Dios y cada uno de nosotros. En ningún
momento Jesús prohíbe la oración en público sino mas bien que vivamos una vida
de oración privada y saludable.
Es importante que veamos algunos
principios a tener presente al momento de orar:
1. Santidad (Salmo 32:3, 5). Mi
pecado te declararé, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis
transgresiones a Jehová, y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Mi pecado aleja a Dios y se corta la
comunicación. Es importante tener
presente este principio. Una vida recta
y limpia es del agrado de Dios y fortalece nuestra vida de oración.
2.
Humildad (Lucas 18:9-14, Salmo 51:17):
Al corazón contrito y humillado no
despreciarás tú, oh Dios. Urgentemente
todos necesitamos aprender cómo entrar en la presencia de Dios y prepararnos a
tener comunión con él. En la parábola
del publicano y el fariseo, este último es ejemplo de cómo no entrar o
pretender entrar en la presencia de Dios:
Jesús dice que: oraba consigo mismo (Lucas
18:11-12).
3.
Creerle a Dios (Hebreos 11:6).
Dos elementos valiosos al respecto:
a. La oración tiene poder y autoridad cuando se
ejerce correctamente (Hechos 4:31, Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban
congregado tembló…). No debemos
hacer uso de la oración como una actividad supersticiosa. Si no mas bien como una disciplina espiritual
valiosa y como el medio divino para platicar con Dios y que él nos responda.
b. Debemos creerle a Dios (Hebreos 11:6): Pero
sin fe es imposible creerle a Dios, porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Cuando buscamos a Dios en oración,
debemos creer que Dios tiene sus oídos dispuestos a escuchar nuestras
oraciones.
Veamos los pasos en la oración modelo
(v. 9-14):
1.
La oración debe ser dirigida a Dios Padre (v. 9): Jesús nos orienta a quién orar (Juan 16:23, …todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre,
os lo dará).
a.
Jesús afirma el carácter y naturaleza de Dios como nuestro Padre.
b.
Un Padre: protege, ama, cuida,
provee, orienta, sustenta etc.
2.
Peticiones hacer:
a.
Interés por Dios y su gloria (v 9, 10):
Santificado sea tu nombre: se
revela el carácter y atributo de Dios:
su santidad. Venga tu reino (v. 10). El
reino de Dios es: el gobierno de
Dios. Es el cumplimiento del programa
divino. Hágase tu voluntad (v. 10).
Dios hará y cumplirá su programa el cual es perfecto y le
glorifica. Nuestro interés como iglesia
es que su voluntad se cumpla en nosotros.
3.
Peticiones por nuestras necesidades (v. 11-13):
a.
Su fiel provisión a todas nuestras necesidades. Debemos aprender a depender de Dios (v.
11): el
pan nuestro de cada día dánoslo hoy. Dios
desea que aprendamos a depender de él diariamente (Éx. 16:4, …He aquí yo os haré llover pan del cielo, y
el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo
pruebe si anda en mi ley, o no. Todos
debemos aprender a depender de la provisión fiel de Dios.
b.
Su fiel misericordia (v. 12): Y perdónanos nuestras deudas, como también
nosotros perdonamos a nuestros deudores.
El perdón de pecados es nuestra mayor necesidad. Es una deuda impagable de ahí la necesidad
del perdón de Dios. Al mismo tiempo,
somos responsables de perdonar como Dios ya lo ha hecho con nosotros. Es liberar nuestro corazón de toda
contaminación de amargura y seguir el ejemplo de Cristo: perdonar.
c.
Dependencia del poder y protección de Dios (v. 13): Y no
nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
Es pedido a depender de la protección de Dios y no de nuestras
propias fuerzas u orgullo. Pedido de
protección en tiempos de prueba y peligro.
4.
La adoración (v. 13): porque tuyo es el reino, y el poder, y la
gloria, por todos los siglos. Amén. Todo pertenece a nuestro Dios como
también la gloria.
Como iglesia debemos seguir el ejemplo
de la iglesia del I siglo. El libro de
los Hechos describe una iglesia pujante, poderosa y Dios usándole
maravillosamente. Ellos perseveraban en
la oración (Hechos 2:42). Sin duda
alguna…nosotros también debemos hacerlo.
Dios les bendiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario