Advertencias
finales de Jesús en el Sermón del Monte (Mateo 7:21-29)
En los últimos
versículos de este importantísimo sermón de Jesús, nos hace unos finales
advertencias como una conclusión de lo expuesto en estos capítulos (5-7). Jesús
nos advierte a revisar nuestra propia vida si realmente somos o no salvos. Como cristianos, debemos estar conscientes
que de ello depende nuestro destino final en la eternidad.
Veamos primero, advertencias con
nuestras falsas expectativas (v. 21-23).
Jesús nos dice, No todo el que me
dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos (v. 21). ¿Qué es hacer la voluntad del Padre?. Es un claro llamado a la obediencia a la
Palabra de Dios. Juan 14:21 y 23 nos
dice, El que me obedece y hace lo que yo
mando, demuestra que me ama de verdad…Si alguien me ama, también me obedece (TLA). Mediante nuestra obediencia a los principios
bíblicos demostramos nuestro amor al Padre y a su Hijo Jesucristo. Nuestro estilo de vida será una prueba de
ello, 1 Juan 3:23 dice, Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo
Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado. Debemos estar conscientes que nuestra
salvación se demostrará no solamente por lo que decimos (es importante) sino
también por nuestra obediencia por lo que expresamos. La voluntad de Dios es que crezcamos fuertes
y debido a nuestra obediencia nos parezcamos mas a Cristo cada día (Romanos
8:29, …para que fuesen hechos conforme a
la imagen de su Hijo). Pablo en 1
Tes. 4:3 agrega un elemento importante en estar conectados a la voluntad del
Padre, pues la voluntad de Dios es
vuestra santificación, que os apartéis de fornicación.
Jesús también nos advierte a pretender lograr
nuestra salvación por medio de obras. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre,
y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros?. No todo lo que brilla es
oro. Vivimos en medio de una iglesia en la búsqueda de manifestaciones para
creer. Así también y debido a ello, se
han levantado en tantos lugares una cantidad de personas afirmando tener un
llamado de Dios y justificando ese llamado por medio de acciones milagrosas.
Hoy en las redes sociales podemos encontrar tantas muestras de ello.
Desde luego no estamos para juzgar, condenar o rechazar todo. Sin embargo, Jesús nos dice que en aquel día
muchos se presentarán con este tipo de cartas de presentación: ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu
nombre hicimos muchos milagros? Es
un llamado a la prudencia a no ser engañados.
No se trata de creer todo pero tampoco de creer todo lo que vemos (2
Cor. 11:14-15, Y no es maravilla, porque
el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz.
Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como
ministros de justicia…). La respuesta que Jesús hará en aquel día
causará gran sorpresa, Nunca os conocí,
apartaos de mi, hacedores de maldad (v. 23). Es el cuidado que debemos tener a la falsa
religión con sus obras también falsas.
Nuevamente el apóstol Pablo nos dice en 2 Timoteo 3:1, 5: También
debes saber esto, que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos…que
tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella, a éstos evita. ¿Qué busca Jesús con lo anterior? No dejarnos engañar.
Segundo, Jesús nos advierte a construir
sobre un buen fundamento (v. 24-29). Cualquiera, pues, que me oye estas palabras
y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre
la roca (v. 24). ¿Qué nos hace
prudente y que es ser prudente? Una
persona prudente es sabia, sensata, discreta, cauta, inteligente. ¿Cómo demostramos nuestra prudencia? Jesús usa dos verbos, oír y hacer. En la parábola
del sembrador, todos oyen la palabra, pero solamente uno de ellos, oye la palabra, y la reciben, y dan fruto…(Marcos
4:15-20). La persona calificada como
prudente, edificó su casa sobre la roca…Descendió
lluvia…vinieron ríos y soplaron vientos… y no cayó, porque estaba fundada sobre
la roca (v. 24-25). Construir sobre
la roca demanda esfuerzo, mucha labor, mucho trabajo, sin embargo el fruto es
permanente: resiste las adversidades con
firmeza. Por otro lado, ¿qué nos hace
insensatos? Insensato es una persona
necia, tonta, imprudente, inmadura y necia.
Demuestra su imprudencia porque: oye
estas palabras y no las hace…edificó
su casa sobre la arena. Descendió
lluvia, vinieron ríos, soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella
casa, y cayó, y fe grande su ruina (v. 26-27). Los resultados en ambas personas son
opuestas. La arena representa todo lo
que no es de Cristo. ¿Dónde estamos
construyendo? Es una pregunta que todo debemos hacernos. Eso nos asegurará nuestra eternidad. Nuestro destino eterno depende de nuestra
obediencia a la Palabra de Dios. Es
vivir seguros por lo que decimos y lo vivimos.
Pablo en 2 Cor. 13:5 dice, Examinaos
a vosotros mismos si estáis en la fe. Dios
les bendiga.
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