Olvidando el pasado…prosigo adelante (Fil. 3:12-14).
En Génesis 19:26, a pesar de la clara advertencia divina no mirar atrás (Gn. 19:17, Escapa por tu vida, no mires tras ti…), la esposa de Lot desobedece y miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. Sin entrar en especulaciones, lo interesante del caso es que pese a la advertencia divina, ella no obedece, mira hacia atrás y se vuelve estatua de sal. ¿Qué le motivaría hacerlo? ¿Cómo dejar el pasado en el pasado? Un conocido pastor dice: es fácil decirlo…difícil vivirlo. Muchos podemos vivir hoy pero viendo hacía atrás. ¿Qué pasaría si Dios nos hubiese colocado los ojos no al frente sino al costado o en la parte de atrás de nuestra cabeza? Sería complicado caminar con seguridad.
¿Cómo podemos olvidar el pasado y proseguir adelante? Primero, recordando que Dios nos ve no como éramos…sino como somos hoy día. ¿Qué ha hecho Dios con nuestros pecados? El profeta Miqueas 7:19 responde, Él volverá a tener misericordia de nosotros, sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Dios ha mostrado y mostrará su misericordia (atributo divino al perdonas nuestros pecados). Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana, grande es tu fidelidad (Lam. 3:22-23). Cuando venimos a Cristo nuestros pecados pasados, presente y futuros Dios los echará en lo profundo del mar. Muchos de nosotros quizá tengamos situaciones en el pasado que nos avergüenza. David dice en el Salmo 25:6-7, Acuérdate, oh Jehová de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas. De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes. Dios nos ve como hijos suyos a pesar de lo que somos. La parábola del hijo pródigo nos representa a todos cuando venimos arrepentidos donde nuestro Padre celestial (Lucas 15:22-24). Así que Dios no nos ve sucios sino limpios por la sangre del Cordero.
Segundo, tener contentamiento con el presente. Pablo en Filipenses 4:11 dice, No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera sea mi situación. Pablo afirma que él ha aprendido. Dios permite las situaciones en nuestras vidas para aprender. Lo triste es que los años pasan, pasan y pasan y no aprendemos de la vida. Contentamiento, es estar satisfecho a pesar de…Dios permitió al pueblo de Israel pasar por el desierto como un proceso formativo. A pesar de la provisión sobrenatural divina, Israel como muchos de nosotros, siempre quejosos y faltos de contentamiento. No fueron agradecidos y recordando el pasado (Éxodo 16:2-3, Números 11:5). Tuvieron mala memoria (Salmo 106:13, Bien pronto olvidaron sus obras, no esperaron su consejo). Fue un pueblo falto de fe y confianza (Salmo 106:24-25). Hoy, debemos dar gracias a Dios por lo que tenemos. Así que, digamos no a la falta de satisfacción o inconformidad con nuestros logros. Estemos satisfechos con lo que tenemos.
Finalmente, tener metas claras. Moisés escribió en el Salomo 90:12, Enséñanos de tal modo a confiar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. Sin metas claras nuestra vida andará a la deriva. Y como es lógico, una meta siempre estará adelante nunca atrás. En Fil. 3:13-14 encontramos, olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome (esforzándome, he decidido) a lo que está delante, prosigo a la meta. Un fuerte llamado y recordatorio. No quedarnos estancados en el pasado ni atarnos al mismo. El pasado no lo podremos cambiar y Dios siempre tendrá nuevas oportunidades para nosotros. Veamos algunas propuestas que nos ayudarán a tener metas claras:
1. Determinación (persistir). Es acordar, decidir hacer algo con firmeza. Se requiere disciplina. Mateo 6:33 dice, buscad…significa acción continua a pesar de todo.
2. Prioridades: lo que debe ser primero. La vida es como una moneda, podemos gastarla como queramos…pero sola una vez. En Mateo 6:24 Jesús nos pregunta, ¿a quién estamos sirviendo?
3. Responsabilidad: es estar sujeto a una deuda u obligación y cumplimos ese compromiso contraído. Sin duda alguna debemos ser responsables con el manejo de nuestro tiempo.
Hermanos, dejemos el pasado…no lo podremos cambiar. En Cristo tenemos un mejor presente y futuro así que, olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta…Dios les bendiga.