Practicando el estímulo (Hebreos 10:24).
Es interesante la política de la compañía de envío de paquetes FEDEX, primero están las personas…Con Dios es lo mismo. En Lucas 4:18 se describe la filosofía de ministerio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, El Espíritu del Señor está sobre mi, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón…todo lo anterior tiene que ver con personas. Así que, la razón de la venida de Cristo al mundo fuimos nosotros: la humanidad.
Por otro lado, en Hebreos 10:24, el escritor sagrado nos recuerda y da una serie de razones del por qué congregarnos como iglesia: Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras.
a. Considerémonos: observar, comprender, mirar, discernir.
b. Estimularnos: hay un lado negativo para estimularnos. Aquí es positivo, incitar al bien, tratarnos. Animarnos unos a otros.
c. Al amor y buenas obras: una vida práctica del cristianismo en amor y servicio.
4. Como iglesia y en medio del dolor que podamos sentir y enfrentar, Dios nos permite una maravillosa oportunidad, para expresarnos estímulo, amor y servicio unos a otros.
¿Qué es el estímulo? Es dar ánimo. En 1 Tes. 4:18 en un contexto de la perdida de seres queridos, Pablo escribe, alentaos los unos a los otros con estas palabras. Alentaos: viene del mismo término en el idioma original al identificar al Espíritu Santo (Parakaleo, llamar cerca, invitar, invocar, rogar). Siempre en nuestro derredor tendremos y encontraremos personas con necesidad. Estimular es amor en acción. Estimular es estas junto a otra persona. En 1 Tes. 5:11 encontramos Por lo cual animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis. El dar estímulo exige de nosotros tiempo, energía, recursos y nuestra disponibilidad para aquellos en necesidad.
En la vida mas de alguna vez, todos hemos necesitado estímulo. Cuando nos encontramos con temor, necesitamos estímulo. El temor produce en nosotros: falta de confianza en Dios. Nos llena de dudas y hasta en ojo. Nos hace sentir muy mal. En Josué 1:9 dice, Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente…por lo tanto, el estímulo ayuda a vencer el temor que nos afecta. Las personas en debilidad necesitan estímulo. Hay muchas cosas que nos debilitan: el cansancio físico y espiritual, una enfermedad, la soledad, emociones mal manejadas entre otras cosas. Jesús en Mateo 11:28 tiene una invitación: Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. En Jesús tenemos nuestro mejor recurso en el estímulo y descanso que buscamos y necesitamos. Entre nosotros mismos tenemos una cuota de responsabilidad en atendernos. Gálatas 6:2 nos recuerda, Sobrellevad los unos las cargas de los otros. Sobrellevad es el esfuerzo de ayudar con paciencia y resistencia. Las cargas con todas aquellas dificultades que mas de alguna vez enfrentamos y que no siempre se resuelven fácilmente.
Finalmente, todos necesitamos aprender cómo dar estímulo. Veamos cómo podemos hacerlo:
1. Saber escuchar (Salmo 10:17, El deseo de los humildes oíste, oh Jehová, tú dispones su corazón, y haces atento tu oído). Hay ocasiones donde la persona lo único que desea y necesita es ser escuchada. Cuando dedicamos tiempo a escuchar, demostramos que esa persona nos importa y la amamos. La damos validez a sus sentimientos. Escuchar da ánimo (empatía).
2. Dar palabras de consuelo (Job 16:5, Pero yo os alentaría con mis palabras, y la consolación de mis labios apaciguaría vuestro dolor). Una palabra bien dicha tiene poder para alentar a los demás. Prov. 12:18 Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada, mas la lengua de los sabios es medicina.
3. Involucrémonos: por lo menos hay tres maneras cómo hacerlo:
a. Con paciencia. Los frutos del estímulo no aparecen de la noche a la mañana. Toma su tiempo disfrutar de los frutos del estímulo.
b. Siendo sensibles: no siempre se trata de decir la verdad…sino también hacerlo con amor (Ef. 4:15….siguiendo la verdad con amor).
c. Perseveremos (Hebreos 3:13, …exhortaos los unos a los otros cada día…). En un mundo frío e indiferente a los demás, seamos la diferencia. Tenemos un Padre compasivo lleno de misericordias. En el Padre siempre podemos recibir consuelo en nuestras tribulaciones. Nuestro Padre siempre estará dispuesto a servir. Dios les bendiga.
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