Enfrentando la depresión (Salmo 40:1-5).
La depresión es un trastorno emocional y peligroso que afecta entre el 10-20% de la población mundial. Cada año se identifica clínicamente deprimidos el 5% de los adolescentes. La OMS afirma que para el año 2020 la depresión será la segunda enfermedad mas común después de las enfermedades del corazón. La Biblia describe personas muy conocidos que enfrentaron períodos depresivos por diferentes razones. Entre ellos: Moisés, Saúl, David, el profeta Elías, Job, Pablo y el caso especial de Jesús en Getsemaní (Mateo 26:37-38).
Todos estamos expuestos a experimentarla mas de alguna vez en la vida. Las causas son variadas: una enfermedad, pérdidas variadas, problemas financieros, desilusiones amorosas, estudios, viaje, cambio de lugar, situaciones espirituales etc. La depresión puede ser motivada por situaciones espirituales pero también clínico o patológico (en este caso requiere tratamiento especializado). Si es espiritual, la herramienta favorita de Satanás es provocar el desánimo en nuestras vidas. La Biblia no dice que la depresión sea siempre pecaminosa y recalca la posibilidad ser liberado. El Salmo 42:5 dice, ¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera a Dios, porque aún le he de alabar. Salvación mía y Dios mío.
Hay una lista larga de personas históricos con graves problemas depresivos. Entre ellos:
a. Abraham Lincoln: al parecer se convirtió en melancólico en 1826 tras enamorarse sin resultados de Ann Rutledge, joven rubia con ojos azules que desgraciadamente murió de tifus.
b. Ernest Hemingway: famoso escritor que al final de su vida en 1960, sufrió una tremenda depresión tomó la fatal decisión del suicidio el 2 de julio de 1961.
c. Ludwig van Beethoven: sufría de fuertes dolores de cabeza y las articulaciones. Tenía un temperamento irritable y sufría de ataques de depresión. En su famosa Novena Sinfonía plasmó su estado melancólico,
d. Winston Churchill: fue el Primer Ministro de Inglaterra en los años oscuros de la II Guerra Mundial. Era maniaco depresivo. Trataba de mantenerse ocupado al máximo y así superaba pensamientos oscuros y suicidas.
¿Cómo debemos enfrentar la depresión? Primero, debemos saber esperar (v. 1, Pacientemente esperé a Jehová). Pacientemente significa: aguardar, confiar. David así como nosotros, debemos saber esperar que nuestro alivio viene de parte de Dios mismo. ¡Nunca debemos dudar del poder divino! Nuestra falta de paciencia muchas veces complica nuestra vida. Por otro lado, la depresión no es un estado instantáneo o automático. Es un proceso que toma tiempo. Así también librarse de ella toma tiempo. De acuerdo a la situación, muchas veces los casos necesitan tratamiento llevado con medicina. El énfasis bíblico no es tanto la desesperación humana sino la creencia, fe y esperanza en Dios y la seguridad de una vida abundante en la presencia de Dios. Romanos 15:13 dice, Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del ES. Salmos 42:5 agrega, ¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mi? Espera en Dios, porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío. Cuando sabemos esperar en Dios es cuando él recién inicia Su obra en nosotros. Cuando agotamos nuestros esfuerzos ahí Dios inicia Su obra de restauración.
Segundo, pidamos ayuda (v. 1b, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor). Para ello, debemos hacer a un lado nuestro orgullo. Debemos admitir que enfrentamos un problema y necesitamos ayuda. En el huerto de Getsemaní (Mateo 26:37-38), Jesús no ocultó su situación a sus discípulos. No estaba preocupado en el qué dirían sus discípulos al verle en esa condición. Muchas veces estamos mas pendientes en el qué dirán los demás si se enteran o ven como andamos. Por lo tanto, pidamos ayuda en la persona y lugar correcto. David dice,oyó mi clamor. Recomendaciones:
1. Acudamos a Dios (Salmos 25:1, 27:1, 46:1). Dios nunca estará demasiado ocupado para no prestarnos atención a nuestra necesidad. En 1 Reyes 19:4-8, Dios proveyó al profeta Elías la atención necesaria en su depresiva situación. No hay reclamo de parte de Dios hacia él.
2. Acudamos a los médicos y consejeros correctos. Como ya se dijo, la depresión no siempre es de carácter espiritual. Hay situaciones donde la depresión es como resultado de problemas físicos. En algunos casos, la medicina corrige el desajuste aunque no siempre elimina la depresión. Debemos tener sabiduría en como hablarles y acercarnos a hermanos en esa condición. El caso de Job es muy frecuente donde las personas que se acercan en vez de ayudar hacen lo contrario (Job 2:9, 4:1-5).
3. Busque un equipo de apoyo: la iglesia misma debe ser un equipo de apoyo (1 Cor. 12:26, Prov. 17:17, 18:24). Sepamos escuchar. No nos alejemos.
Tercero, cuente con al apoyo divino (v. 2-3). Se inclinó a mí, y oyó mi clamor…me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová. Esto no debe ser nada nuevo en nosotros. Dios siempre ha estado interesado en nuestra situación. Los versículos 2-3, describe los frutos del apoyo divino. Una situación que pasa de la tristeza y desesperación a un mejor lugar para regocijarnos. David usa una figura de una situación de total falta de esperanza e impotencia en el pasado. En su gracia, Dios nos lleva a un mejor y seguro lugar. Finalmente, perseveremos (pacientemente espere a Jehová). La depresión debe enfrentarse como una carrera de maratón (42 kms) y no como una de 100 metros.
El viernes 24 de agosto del 2018, el pastor Andrew Stoecklein (Iglesia Inland Hills en Chino, California) de apenas 30 años de edad atentó contra su vida muriendo lamentablemente el siguiente día (sábado 25). Las causas: severa depresión y ansiedad. Casado y con tres niños no mayores de 7 años. Tristemente no es el único caso como el anterior. Dios nos fortalezca y busquemos en él nuestro pronto auxilio. Dios les bendiga.
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