domingo, 30 de septiembre de 2018

Enfrentando la lengua (Santiago 3:1-12).

Enfrentando la lengua (Santiago 3:1-12).
El pastor John MacArthur en su comentario sobre la carta de Santiago dice, El tema de la lengua en el libro de Santiago ocupa un lugar importante (1:19, 26, 2:12, 3:5-6, 8, 4:11, 5:12, p. 156).  Jesús afirma en Mateo 15:19, Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.  La lengua solo expresa lo que nuestro corazón produce.  Por lo tanto, somos responsables de lo que hablamos.  El libro de Proverbios tiene abundante referencia al uso positivo como negativo del lengua.  Proverbios 18:21 nos recuerda,   La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.  Dios ve nuestra intención cuando hablamos y cómo lo decimos.  
         Los animales usan la lengua para diversas razones.  Los gatos la usan para lamer el agua.  Los osos hormigueros para recoger alimentos y los perros para refrescarse.  Los seres humanos la tenemos para emitir sonidos al hablar.  Cuando comemos algo sabroso lo demostramos lamiendo los labios. Ella, nos ayuda a gustar la comida (tenemos papilas gustativas que la cubren).  Si estamos enfermos se nos pone roja o amarilla.  También puede usarse como una espada cortante cuando la usamos incorrectamente.  
         Algunas estadísticas muestran que la mujer habla un promedio de 27,000 palabras al día.  Ellas por medio de las palabras expresan sentimientos, emociones y convivencia. Por el contrario, los hombres  hablamos unas 10,000 palabras al día y por medio de ellas expresamos ideas y pensamientos. Como vemos, ellas necesitan una autopista de unos  8 carriles mientras que nosotros somos apenas un caminito rural poco transitable.  A través de la Biblia encontramos advertencia en el uso de la lengua.  Proverbios 18:13 nos dice, Al que responde palabras antes de oír, le es fatuidad, Santiago 1:19 agrega, Por esto mis hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar…cuando obedecemos estos dos principios bíblicos, de seguro jamás tendremos que explica lo que no hemos dicho.    Así que, debemos cultivar nuestras reacciones y saber cómo y cuándo responder (Prov. 13:3, El que guarda su boca guarda su alma, mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad).
         ¿Cuándo hacemos mal uso de la lengua?  Por razones de espacio, mencionaremos algunos ejemplo de mal uso de la lengua:
         1. Los chismes:  el chisme es hablar de alguien bien o mal aunque generalmente de forma desfavorable y sin que la persona esté presente.  Levítico 19:16 dice, No andarás chismeando entre tu pueblo.  No atentarás contra la vida de tu prójimo.  En pocas palabras, debemos hacer reflexión que cuando practicamos el chisme estamos atentando contra la dignidad y testimonio de esa persona. ¿Qué mas dice la Biblia sobre el chismoso?
                  a.  Prov. 16:28b, el hombre perverso levanta contienda, el chismoso aparta los mejores amigos.  La naturaleza destructiva del hombre perverso y chismoso cuando hace mal uso de la lengua.
                  b.  Prov. 18:8, Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas, ¡que sabrosos son los chismes, pero cuánto mal causan (TLA).  El chisme como bocado suave significa:  tragar con avidez mostrando el interés en lo escuchado.
                  c.  Proverbios 26:20,   Sin leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, cesa la contienda.
         2.  Las mentiras (Éxodo 20:16):  No dirás falso testimonio contra tu prójimo.  La mentira es una afirmación que una persona hace consciente que no es verdad.  La mentira es condenada fuertemente por la Biblia.  Prov. 6:16-17 dice, seis cosa aborrece Jehová…la lengua mentirosa.  Salmos 101:7, …el que habla mentiras no permanecerá en mi presencia.  
         3. La calumnia:  es hablar en contra de…es difundir descaradamente información dañina que afecta la dignidad o imagen de alguien (Stg. 4:11-12).  No siempre porque sea verdad algo, estamos con derecho de difundirlo.  El problema es la intención cómo lo decimos.  Prov. 12:18 dice, Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada, mas la lengua de los sabios es medicina.
         4.  Advertencia (Mateo 12:36-37):  Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.  Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.  Esta seria advertencia debe darnos temor lo que hablamos y porque lo decimos
         Veamos el otro lado de la moneda cuando hacemos buen uso de la lengua:
         1. Ser prudente:  es la capacidad de pensar sobre los riesgos posibles que conllevan.  Prov. 10:13, Stg. 1:19, …todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar.  
2.      Hablar verdad (Ef. 4:25):  Por lo cual desechando la mentira, hablar verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros. ¿Por qué debemos ser veraces en nuestro hablar?       
a.  Los mentirosos no heredarán el reino de los cielos (Apoc. 21:8).
                  b.  La mentira es contraria a la esencia de Dios  y la mentira lo es del diablo (Juan 8:44).
                  c.  Desechar: es descartar, echar fuera.
                  d.  Somos miembros los unos de los otros:  cuando manejamos nuestras relaciones en base a la verdad nos beneficiamos es lo contrario cuando es la mentira.
                  e.  Hechos 5:1-11, hay trágicas consecuencias cuando no somos veraces con Dios y Su obra. 
         3. Cultivar una lengua silenciosa (Ecl. 3:7):  hay tiempo de callar y tiempo de hablar.
                  a.  La conveniencia de saber cuando debemos hablar y cuando no (Stg. 1:19, tardo para hablar).  Cuando cultivamos el silencio con sabiduría promovemos la armonía en el Cuerpo de Cristo y relaciones matrimoniales.
                  b.  Un silencio constructivo elimina la murmuración (hablar de alguien generalmente de forma desfavorable cuando está ausente, quejarse).  El pueblo de Israel en los 40 años en el desierto fue un pueblo quejoso y siempre murmurando contra Dios.
                  c.  Antes de hablar pensemos:  ¿vale la pena lo que voy a decir?
                  d.  La Biblia misma nos pide guardar silencio ante la presencia de Dios (Zac. 2:13,   Calle toda carne delante de Jehová).
         Sin duda alguna, el tema de cómo enfrentar la lengua con su uso, es sumamente amplio, variado y muy descriptivo.  Jesús nos recuerda en Lucas 6:45, de la abundancia del corazón habla la boca.  Un creyente en Cristo, debe ser una persona cuidadosa en sus palabras, comentarios y expresiones.  Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio (Mateo 12:36). Esta advertencia debe ser considerada cuando vayamos a decir algo.  Así que, Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno (Col. 4:6). Bendiciones a todos.   
         

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