Mensaje de Jesús a la iglesia de Laodicea, Digamos no a la tibieza y orgullo espiritual (Apoc. 3:14-22).
Una persona radical, se distingue por ser valiente, decisiva, firme, tajante. Así también, ser radical, es la doctrina que postula la eficacia de las medidas drásticas para lograr el mejoramiento de cualquier condición. Es no tener términos medios. Es lo opuesto a la tibieza. A la indiferencia.
Laodicea significa juicio a las naciones. Fue una ciudad importante por su actividad comercial y manufactura. Tenían actividades textiles, bancos y producían remedios contra las enfermedades de los ojos (colirio). A pesar de su riqueza, el agua consumida era de mala calidad. Venía de fuentes termales y se consumía tibia. Fue destruida por varios terremotos. Debido a su orgullo, no aceptó ayuda financiera de nadie. Jesús usa mucho el tono irónico al referirse al orgullo y tibieza espiritual de esta iglesia. Su vanagloria había llegado tan lejos que habían sacado al mismo Señor de la Iglesia: Jesús.
He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero (v. 14). Jesús confirma que todo lo dicho por él es verdadero (Jn. 14:6, Yo soy la verdad). Su testimonio no es falso (Jn. 1:14, 18). El principio de la creación. Respecto a nuestra traducción en español, el pastor John MacArthur aclara: la traducción castellana es ambigua y despista un poco. Como resultado, algunos han procurado usar este versículo para probar que Jesús es un ser credo. Sin embargo, no hay ambigüedad alguna en el texto griego. No significa que Cristo sea la primera persona que Dios creó, sino mas bien que Cristo mismo es el origen de la creación (Apoc. 22:13, MacArthur, Porque el tiempo sí está cerca, p. 93). El término original usado por Juan es arque que significa poder, dominio, gobernante o magistrado. Esta palabra tiene la idea de preeminencia. Así que Jesús es el Creador de todo (Jn. 1:3, Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho).
Nuevamente Jesús usa el término Yo conozco tus obras (v. 15). Es interesante que Laodicea no recibe ningún tipo de elogio. No presenta ningún tipo de problema doctrinal o herejía ni tampoco inmoralidad. Su problema está en su tibieza y orgullo. ¿Qué conoce Jesús de Laodicea?:
a. Tibieza (v. 15-16): eres tibio, y no frío ni caliente. ¡Ojala fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomité de mi boca. Es una descripción de la indiferencia de esta iglesia en atención al servicio a Cristo. Pablo en Romanos 12:11 dice, En lo que requiere diligencia no perezosos, fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. Diligencia: poner mucho interés, esmero, eficaz, cumplimiento de obligaciones o responsabilidades. Fervientes: entusiasmo. Tiene que ver con mi actitud al servir al Señor. Lo hacemos con pereza o lo contrario. ¿Le estamos dando al Señor lo mejor?
b. Orgullo espiritual (v. 17): Por que tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad…Laodicea expresa una notable jactancia, prepotencia, orgullo y vanidad. Su prosperidad económica les hizo creer no necesitar de nadie. Nos recuerda la parábola del publicano y el fariseo (Lucas 18:9, 11). Jesús al inicio expresa: A unos que confiaban a sí mismos (es el tipo de personas que se creen muy buenas y desprecian a los demás). El fariseo entra en esa categoría al decir en su oración, …Dios te doy gracias porque no soy como los demás. Es toda una declaración de autosuficiencia y falsa humildad. ¿Cómo demostramos el orgullo y suficiencia espiritual?:
1. Menosprecio a otros y sobreestima propia. ¡Nadie hace las cosas como yo! Es fácil criticar a los demás olvidando nuestras faltas.
2. Creer no necesitar de los demás (1 Cor. 12:21, Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los píes: No tengo necesidad de vosotros…v. 25, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros TODOS se preocupen los unos por los otros). Dios lo manda y la iglesia lo necesita.
Jesús hace un llamado de atención a Laodicea que los vuelve a la realidad: Y no sabes…(v. 17). ¡Qué tristes es morir engañado creyendo ser alguien no siéndolo! Jesús describe la triste realidad de ellos: Tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Cristo hace un llamado de atención a la iglesia de Laodicea. Por tanto yo te aconsejo que de mi…(v. 18). Todo lo que necesitamos lo tenemos en Jesús. Compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudes, y unge tus ojos con colirio, para que veas. Aunque Laodicea era famosa por su lana negra y su colirio, espiritualmente necesitaban la provisión espiritual que solo Cristo puede dar. Así que el Señor les dice: arrepiéntete (v. 19, 2:5, 16, 22, 3:3. Cuando lo hacemos, abrimos nuestro corazón para disfrutar de su afecto, comunión y amistad: He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo (v. 20). Una iglesia autosuficiente que había sacado fuera al Señor. Hoy también nos llama a que abramos nuestro corazón y fortalecer nuestra relación con él. Y así: sentarse junto a él en el trono ¡vaya privilegio! (v. 21).
En una sociedad llena de vanidad fácilmente nos olvidamos de quienes somos. Digamos no al orgullo y tibieza espiritual. Laodicea necesitaba tener a Cristo nosotros también hoy. Abrazamos nuestro corazón. Jesús está dispuesto a entrar. Bendiciones.
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