Principios para una buena administración del tiempo (Efesios 5:15-17).
El tiempo es oro y no debemos malgastarlo. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Estos y otros muchos proverbios populares, nos hablan y hacen reflexionar, de la importancia del buen manejo del tiempo. Todo debemos saber, que el tiempo es el recurso mas valioso que nuestro Dios nos ha dado para administrar nuestra vida y lo que debemos hacer en ella. Nadie puede reclamar que Dios ha sido injusto con él dándole menos de 24 horas al día. Todos disfrutamos de la misma cantidad de horas. ¿Cuál es la diferencia entre unos y otros? Sencillamente en que unos sacan mejor provecho de esas 24 horas y otro no. Proverbios 24:30-32 nos dice, Pasé junto al campo del hombre perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento. Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, ortigas habían cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida. Miré, y lo puse en mi corazón, lo vi, y tomé consejo.
El primer principio se trata de que somos responsables del manejo de nuestro tiempo (v. 15, Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios). No podemos ni debemos culpar a otros cuando no hacemos lo que debemos hacer en el tiempo adecuado. Mirad, es un llamado de atención. Es observar con atención y cuidado. Usted y yo debemos manejar nuestra agenda diaria y no permitamos que vengan otro a quererla cambiar si nuestro permiso. Debido a que el tiempo es oro debemos ser buenos administradores. El Salmo 90:12 nos recuerda, Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. Se trata de ser diligente (esmero, cuidadoso, responsabilidad) en su uso. Pablo nos dice que debemos ser sabios y no necios. En esto último usted y yo elegimos que seremos. Necio en la Biblia es una persona sin sabiduría. Vaga sin rumbo. Por el contrario, el sabio es aquella persona que sabe aplicar los principios bíblicos al diario vivir (Prov. 1:7, El principio de la sabiduría es el temor al Señor).
Segundo principio, no dejar para mañana lo que podemos hacer hoy (v. 16, Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos). Aprovechar es invertir, no vivir de la improvisación, todo lo contrario es planificar. Pablo en 1 Cor. 9:26 dice, Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura. Un atleta sabe dónde está la meta. Así también, cada uno de nosotros debe saber a dónde nos dirigimos. Qué queremos lograr. No podemos vivir solo por vivir. Ahí pasándola es una expresión típica de alguien que solo vive por vivir. Las presiones del diario vivir, fácilmente nos apartan de nuestra verdadera atención empujándonos en diferentes direcciones. Debido a ello la importancia de mantenernos enfocados. No correr como a la ventura nos recuerda el apóstol. En el idioma griego, la palabra tiempo se escribe de dos formas con su propio significado. Cronos, tiempo, espacio de tiempo con énfasis en duración y cantidad. De ahí viene nuestro término cronómetro. Nuestro reloj o cronómetro marca segundos, minutos y horas. El otro termino es kairos, tiempo marcado con un propósito específico con significado. ¿Cómo estamos usando o manejando nuestro tiempo (kairos). Pablo en este pasaje (Efesios 5:15-17) usa el término kairos. Jesús es un buen ejemplo en administrar su tiempo de forma correcta. Marcos 1:15 dice, El tiempo (kairos) se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado, arrepentíos y creed en el evangelio. Juan 9.4 agrega, Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dure, la noche viene, cuando nadie puede trabajar. El descanso o el ocio es legítimo y necesario. No es tiempo perdido. Nos prepara para después hacer buen uso del tiempo. El problema es cuando nos excedemos o abusamos de ello. Vemos la experiencia de Jesús con sus discípulos en Marcos 6:31, Venid vosotros aparte, a un lugar desierto, y descansad un poco.
Respecto a la poco productividad hoy día, debemos mencionar la gran cantidad de personas adultas huyendo de sus responsabilidades. Rechazan el consejo, se encaprichan a lo juvenil buscando si medida alguna la diversión. Como ejemplo es la adicción a los videojuegos y el tiempo productivo perdido, sin duda alguna es un reflejo de los patrones de comportamiento pecaminoso (la pereza, egoísmo, falta de disciplina y vida espiritual pobre). Pablo en 1 Cor. 6:12 recuerda, Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen, todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna. Un grave problema en la actualidad, es la indulgencia (facilidad a la tolerancia), está creando una generación de adultos, jóvenes y niños indisciplinados con el manejo del tiempo. Mucho ocio, mucha pereza, falta de disciplina en la vida buscando sustitutos baratos y deseando solo diversión, juego y pasarla bien. Debemos construir solo fundamentos eternos (Ef. 5:3-4).
Finalmente, fomentar la disciplina como norma en nosotros (v. 17, Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor). Insensatos es alguien tonto, falto de sabiduría (necio). Pablo hace un fuerte llamado de atención a que como pueblo de Dios seamos sabios con el manejo del tiempo y no lo contrario. Dios nos llama a una vida disciplinada. La disciplina es principio de vida de lograr lo que se quiere, haciendo lo que se debe. Para la disciplina no hay atajos. Cuando no somos disciplinados siempre buscaremos excusas. Sin duda alguna un elemento que todos debemos mejorar respecto al uso del tiempo y la disciplina es el buen hábito de la puntualidad. ¡Mas vale tarde que nunca! Es una excusa pobre. Por qué no mejor ¡mas vale nunca tarde! Cuando somos disciplinados la puntualidad no será ningún problema en nosotros. Deseamos agregar en este punto el saber establecer prioridades (del latín anterior, hace referencia a la anterioridad de algo respecto a otra cosa en tiempo o en orden). El saber cuáles con nuestras prioridades nos ayudará en administrar bien nuestro tiempo. Jesús en Mateo 6:33 sentó las bases de nuestras prioridades en la vida, Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, todo lo demás vendrá por añadidura). Todo tiene su tiempo (Ecl. 3:1). Por lo tanto, pidamos sabiduría a nuestro Dios administrar bien las 24 horas del día. Seamos diligentes (responsables) con su uso. No dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy. Pueblo de Dios, fomentemos la disciplina como norma de vida, Cultivemos el buen hábito de la puntualidad. Seamos buenos administradores del tiempo. Bendiciones para ustedes.
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